Urdimbre de sombras, crepúsculos de auroras tendidas en el barro. Lo que fue y lo que es¿Acaso no tiene su marca cenagosa, su paso viscoso, abigarrado, soldado a las hebras de la piel?
El cuerpo memoriza las heridas, la sangre cansada del ayer que se viste con embozo y sufre de su doble condición de paria. Alguien arrió banderas y otro insolente en su arrojo las llevó consigo al campo de batalla, a las calles rojizas, al espanto del hambre.
El homicidio registrado en números notariales. Legajos de la omisión se alinean en prolijo archivo. Los vagabundos se arropan en las calles, famélica la vergüenza ya no tiende su mano.
Silicon Valley ni siquiera pestañea.

Hugo Celati (2010) (fotografía: Adriana Lestido)