domingo, 7 de julio de 2013

HOY ES HOY


Orbitando en los pasos abiertos, lumínica dentellada labial de las estrellas, vamos y venimos por el desfiladero de los sueños, sin poder atraparlos. Los sueños son la apariencia de lo que vendrá, el esqueleto rumiante de un fantasma vagabundo, sonámbulo, que juega en los bordes de las cornisas sin escuchar los gritos del vecindario.
Cuando el sol corrompe el silencio oscuro de las pasiones y golpea rutinario en las sienes de los despertadores, los sueños se visten con las sábanas desordenadas del almanaque, la ebria sed que dejamos en el cuenco dormido, la suerte desgajada en miles de pétalos que llueven en los jardines y se acurrucan en los pliegues que abandonamos.
Todo es tan inmaterial que no es posible encontrar las diferencias. El primer sorbo de café que ofrecen los bares fue incubado por las sombras de la noche. La cabeza que al fin de la jornada se desvanece en la almohada ha sido esculpida en las nubes difusas de nuestra razón.
Y en nuestro destino, escrito o no, la moneda salta al aire y da infinitas vueltas. Pero jamás termina de caer al suelo.
Un camino abre otro camino. Lo cierto no es otra cosa que un trazo de pincel, una palabra escrita en el azar de la hoja, un sonido que cae del pentagrama.
La pintura, el poema y la canción solo existen en nuestro deseo.

Hugo Celati (2013)

Fotografía: Malena Choublier

No hay comentarios:

Publicar un comentario