miércoles, 18 de septiembre de 2013

CASANDRA


Se mostraba en la cornisa de su equívoco, en la pronta miseria de su cordura. Y es que, en ocasiones, la voz no rima con los silencios, la jaula no sucede al pájaro ausente, el agua no estuvo dónde la huella húmeda da indicios.
Todo lo que se hizo ha estado de más. Todo lo que se haga, también.
Nada puede entenderse más allá de los cordeles invisibles que el pensamiento entrelaza a ciegas. Los hombres construyen sus palacios de futuro perfecto, su haré, su sabré, su viviré, su moriré y en los renglones del manual de Gramática, lo uno se ordena en un mundo de espejos simétricos. La Lógica es un icono que brilla en el altar enhiesto del Topos Uranos. Y aún cuando todas las palabras enhebradas y el gesto liminar de elegir la manzana en el árbol y el acto mismo de garabatear estos grafemas sangrantes pasen por el tamiz de la conciencia, la única luz que brilla por sí misma está en la fragua secreta, en la boca de todos los fuegos, en el eterno devenir, en el ojo traslúcido donde cada partícula se revela sin otro ropaje que su desnudez original.

Hugo Celati (2010)
Imagen: Cecilia Parodi

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